domingo, 23 de enero de 2011



ENTREVISTA AL FANTASMA DE WILLIAM FAULKNER

Con el fin de potenciar desde el primer momento la importancia universal que dentro de poco alcanzara este blog es mi deseo empezar esta nueva época con una entrevista impactante. He traído hoy a mi caverna infernal, bajo el barrio de Lavapiés, al fantasma de William Faulkner.
DDL: Buenos días William ¿Cómo estamos?
Mr Faulkner: Estoy encantando, un poco de calor aquí, pero bueno, en peores sitios he hecho guardia. Sin ir más lejos recuerdo mis tiempos de cuando tocaba el piano en los burdeles de Nueva Orleáns...
DDL: Perdona que te interrumpa, pero tenemos poco tiempo y no podemos entretenernos con las tonterías que os inventáis los escritores para parecer interesantes. Si te parece bien vamos al meollo, he leído tu obra Mientras agonizo y me gustaría comentarla. Debido a la escasez de tiempo le pido que perdone mi brusquedad.
Egregio Escritor: Dado que esta entrevista no es real y es producto de una mente enferma, no le tendré en cuenta su rudeza. Por otra parte, me alegra conocer a alguien que ha leído uno de mis libros y no sólo lo dice sino que es verdad, así que dispare.
DDL: ¿Cuáles son las principales características de su Obra?
Gran Narrador: Mi obra tiene dos. La primera es que es universalmente aclamada, la segunda es que no la lee ni Dios, si es que se me permite esa expresión en este lugar.
DDL: Aquí respetamos la libertad de expresión, pero la verdad es que tras leer su novela no me extraña lo mermado de su público.
Gigante de las Letras: Es cierto mis obras son un notable coñazo. En el caso de la obra que ha leído mi única defensa es que todavía las hay peores y si no me cree eche un vistazo, si se अत्रेवे a El sonido y la Furia, eso si que no hay por donde cogerlo.
DDL: Esta novela se desarrolla en el condado de Yoknapatawpha, su espacio mítico, hábleme de él.
William: Fue una gran idea, como se lo explicaría, a ver, imagínese que usted vive en Cuenca y quiere situar a una narración allí, con sus calles y su gentes, pero en vez de llamarlo Cuenca lo llama Eudoroxia o algo así, un nombre raro y estúpido, mejor si apenas es pronunciable como el mío.
DDL: Pues parece una tontería ¿no?
Renovador de la Narrativa: ¿Cómo?
DDL: Sí amigo, una estupidez como un piano, pero no se alarme aún no ha oído todo lo que tengo que decirle. Su obra Mientras agonizo son doscientas pesadas páginas repletas de errores narrativos, aburrimiento y estupideces variadas.
Mr. Faulkner: ¿A que se refiere con errores narrativos?
DDL: Si no me equivoco su novela cuenta una historia empleando el monólogo interior que expresa los pensamientos del personaje o “la corriente de la conciencia”.
Mr. Faulkner: Así es,
DDL: Le voy a leer el segundo párrafo de la primera página que es una sucesión de majaderías impagable:
“El sendero, alisado por pies y recocido, igual que adobe por Julio, corre derecho como tirado a cordel por entre las hileras verdes de algodón preparado hasta el cobertizo del algodón del campo, donde se tuerce y rodea el cobertizo formando cuatro ángulos de suaves vértices, y vuelve a atravesar el campo, alisado por muchos pies con precisión que se va desvaneciendo”
Mr. Faulkner: Sin duda un gran párrafo, observará usted la rica textura de mi prosa.
DDL: Lo que yo observo es que su personaje, Darl, es un cateto del sur de los Estados Unidos, salvo que habla en inglés alguien muy parecido a un cateto de Cuenca. Así que es bastante posible que este hombre en vez de toda su palabrería solo piense en una caminata cosas del tipo: “¡Vaya caló!” Claro que como queda poco literario usted coloca su rollo.
Además nos mete fenómenos paranormales del tipo “rodea el cobertizo formando cuatro ángulos de suaves vértices” ¿Desde cuando los ángulos tienen suaves vértices?
Por si fuera poco con todos estos despropósitos, a continuación no coloca una descripción. ¿Cuándo mete usted descripciones en sus pensamientos Mr. Faulkner? ¿Ve usted un coche y en vez de pensar que coche más bonito o feo se describe lo que está viendo?
Mr. Faulkner: Por una vez que hablo con un lector resulta ser un tipo listo. Amigo me ha desenmascarado, como tantos artistas y pensadores innovadores del siglo XX soy un fraude. Lo reconozco y voy a dar por concluida esta entrevista. Sólo tengo que decirle una cosa. ¿Cómo es usted tan estúpido de ilustrar este post con una foto de una guarra en vez de mi egregia y estilosa figura?
DDL: Puse Faulkner imágenes y me salieron varias suyas y la de esta muchacha. No es usted, pero estoy seguro que mis lectores agradecerán mi criterio estético. Ese si que es un territorio mítico que me gustaría explorar.

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