lunes, 26 de diciembre de 2011

THE ARTIST


La película lo tiene todo para no gustar al público actual: muda en blanco y negro, con un tema tan actual como el fin del cine mudo. El director luce un impronunciable apellido y es muy conocido en su casa, al igual que los dos excelentes actores principales. La producción para más INRI es francesa, ese cine que se gana el pan haciendo “obras maestras” de dudoso recuerdo en, pongamos, diez años.
Sin embargo, The Artist es gran cine. Poco importa que sea una película de estética antigua en el mundo de la 3D, poco importa que hable del cine mudo en la era digital. Lo que realmente es significativo es que es una historia de las que emociona al público, una historia que recupera la base de toda buena historia: hacernos desaparecer del mundo real para pasar a vivir la vida de unos personajes que nunca han sido.
La historia de The Artist recorre el camino que lleva desde la gloria a la hecatombe, del desprecio al amor, de la desdicha a la felicidad. Todo en 89 trepidantes minutos que si uno es inteligente no debe perderse.

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