martes, 15 de febrero de 2011

APOSTILLA A MAURICIO

Releyendo el pasado post compruebo estupefacto que me ha salido demasiado celestial, así que hago una apostilla para rectificarlo y clarificar un poco algunos aspectos sombríos e inquietantes. Es conveniente diferenciar entre la obra que realiza alguien ya las cualidades personales del autor, a Mauricio le admiro en sus obras pero dudo mucho que aguantase más de diez minutos a su lado. Junto a una serie de virtudes evidentes, también creo entrever aspectos oscuros que no he señalado.
Mauricio es un tipo clasista y un esnob consciente y orgulloso de sí mismo, basta asomarse a su página y ver la galería de fotos de su página web para ver a un personaje peripuesto que parece provenir de un pasado ya desaparecido. Habla con una verborrea llena de pedantería y cultura clásica, sabe todo de todo y está bastante pagado de sí mismo.
¿En que medida hace esto que juzguemos sus libros de otra manera? De ninguna, una aspecto es la obra y otra su autor, enjuiciar una obra por las características morales o cualesquiera otras del autor me parece una de las cosas más estúpidas que pueda hacerse.

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