viernes, 11 de febrero de 2011


MAURICIO WIESENTHAL

Me pregunta mi amigo Sergio sobre Mauricio Wiesenthal precisamente cuanto estoy acabando su libro El esnobismo de las golondrinas. ¿Qué decir de Mauricio? Pues puedo decir que sus obras no me gustan… me fascinan.
Los libros de Mauricio son una mezcla experiencia viajera, memoria biográfica, erudición y amor a la cultura europea. Me refiero a sus dos títulos más famosos, el citado anteriormente y el Libro de Réquiems, aunque su obra abarca casi un centenar de volúmenes que incluyen novelas, biografías, ensayo e incluso poesía.
Recomiendo leer vidas de escritores porque después uno puede leer cualquier cosa sin caer en el aburrimiento. Salvo excepciones son vidas aburridas de hormiguitas trabajadores dedicadas a su labor de juntar letras (de ahí la tendencia a inventarse historias inverosímiles sobre sí mismos). Por el contrario la vida de Mauricio parece apasionante y apasionada, es un bon vivant que ha recorrido medio mundo moviéndose en los círculos elegantes y cultos de la sociedad con su estética de caballero old-fashioned. Me recuerda de manera evidente a la figura de Stefan Zweig, a quien considera su maestro. Mauricio es, en definitiva, todo lo contrario del “belenestebanismo” pujante de hoy en día.
Nacer cuando las luces se apagan es el nombre de sus memorias, un título muy adecuado para un hombre que nace cuando la Segunda Guerra Mundial está a punto de acabar llevándose para siempre los modos, maneras, ética y estética de la vieja Europa. No encuentro mejor ilustración que esta foto suya en el Café Florian de Venecia, elegante, pasado de moda, rodeado del aura que desprenden las piedras y la historia de la Plaza de San Marcos, que como la vieja Europa se hunde de manera irreversible.

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