viernes, 10 de junio de 2011

LA HISTORIA MAS TRISTE







Carlos Giménez, ese genio de la historieta, dibujó hace muchos años una pequeño relato de dos páginas que creo es una de las historias más tristes que he leído jamás. Su argumento es el siguiente: en la Edad Media un pueblo harto de los abusos del señor feudal decide plantarle cara. Los campesinos funden el metal que tienen a mano para fabricar una espada y un escudo con el que el muchacho más audaz del pueblo pueda enfrentarse al paladín de su opresor.
A pesar de la ferocidad del guerrero, el muchacho lucha y se acaba imponiendo, pero automáticamente el señor feudal se levanta de su sitial y declara “¡Honremos al vencedor!”. El muchacho es aplaudido por la corte y pasa a ser agasajado al interior del castillo. Las puertas se cierran y el pueblo se queda fuera igual que antes, al contrario que el vencedor que acaba de entrar en un mundo nuevo, nada ha cambiado para ellos.
Esa es la historia de ficción, ahora paso a contar una historia real: la de Javier de Paz. Veterano de la militancia del PSOE, donde ingreso con sólo quince años de la mano de su tío Jesús Macho, hoy miembro de la ejecutiva confederal de UGT. No es el único de la familia de formar parte de los círculos del poder socialista, su padre, obrero de la construcción, se hizo concejal por Valladolid.
Javier de Paz estuvo al frente de las Juventudes Socialistas hasta que al cumplir cuarenta años quedaba antiestético que un hombre ya talludito siguiera al mando del invento. A pesar que había declarado: “No soy secretario general de las juventudes socialistas porque considere que esto pueda garantizar mi futuro”. Menos mal.
A partir de entonces empieza una meteórica carrera profesional, a pesar de abandonar sus estudios de derechos y sustituirlo por una humilde diplomatura en Información y Publicidad. Si sus méritos académicos son escasos, su experiencia laboral como obrero de la construcción no parece tampoco un buen bagaje para adentrarse con paso firme y exitoso en el mundo empresarial.
Sin embargo, parece que no hay imposible para un hombre como él. Ocupa la Dirección General de Comercio Interior del Ministerio de Comercio, puesto que abandona para ocupar el cargo de Director de Estrategia Corporativa del Grupo Panrico Donuts. Después vuelve a la ubre estatal como presidente de la empresa nacional MERCASA, dependiente del Ministerio de Agricultura.
Lo que le ha lanzado a la palestra informativa no es esta envidiable trayectoria profesional sino un evento social. Me refiero a la puesta de largo de su hija, siguiendo la tradición de la derecha más rancia, en el palacio de los Duques de Pastrana (en la imagen), preciosa residencia declarada monumento de interés cultural en 1973. Al evento acuden ciento cincuenta invitados, en los que lógicamente se encuentran los vástagos de las mejores familias de Madrid. La empresa de catering encargada del evento parte de su oferta de menús con un precio de 120 euros, con lo que la factura puede ascender a unos 25.000 euros.
No hay problema porque el afortunado Javier dispone de un sueldo de 1,4 millones de euros anuales que recibe en su último puesto de trabajo como consejero y asesor de Telefónica, empresa que se dispone a despedir a 6.500 empleados en un próximo ERE. Por si fuera poco, además la economía familiar cuenta con el refuerzo del sueldo de su mujer Ana Pérez, jefa de la secretaría de Sonsoles Espinosa, ya que es amiga íntima de la mujer del mismísimo ZP.







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