jueves, 21 de julio de 2011

CONCLUSIONES



Con motivo del suplemento cultural número 1.000 del ABC, los periodistas de este suplemento preguntaron a varios “destacados escritores” sobre obras imprescindibles de este siglo. Hay que tener en cuenta como se hacen este tipo de encuestas, es decir, uno pregunta a alguien que responde sin pensárselo mucho para quitarse el muerto de encima, pero aún así se pueden sacar una serie de conclusiones que expongo.

1.- La mayoría de los libros son prescindibles. Casi ninguno cita una obra que esté entre los más vendidos. De lo que se deduce que los best seller son una especie de pasto para los burros. Esta premisa nos lleva a la segunda conclusión:

2.- La mayor parte del público que compra o lee un libro es prescindible. Señores burros, perdonen que les diga, pero ustedes lectores de Idelfonso Falcones, Pérez Reverte o María Dueñas no cuentan, son una vergüenza y sería deseable que una autoridad competente impidiera la publicación de esos libros, dejando sólo espacio a las Grandes Obras. Este nos lleva a la tercera conclusión:

3.- La literatura española es prescindible. Dado el número de citas a obras de autores españoles es ínfima podemos deducir que la literatura española actual, en su conjunto, es prescindible. A pesar de que la inmensa mayoría (salvo algún latinoamericano) son autores españoles son escasísimas las obras de autores de esta nacionalidad. De hecho, son escasísimas las obras de autores que no sean anglosajones. Lo que nos lleva a una nueva premisa.

4.- Toda literatura, exceptuando la anglosajona es prescindible. Las escasas citas a autores que no sean de lengua inglesa es tal que podemos deducir que para aguantar a petardos de la talla de Saramago o Ishiguro (dos de los citados) es mejor cerrar el chiringuito y dejar en monopolio a los que saben.

5.- La lengua española es prescindible. Sé que suena radical pero así es. Lorenzo Silva y Javier Marías no sólo prefieren a autores foráneos sino que además citan sus obras favoritas en inglés. Dado la absoluta incapacidad de millones de españoles en aprender cualquier lengua es conveniente dejar en suspenso de momento esta premisa.

6.- Los autores españoles no son sólo prescindibles como escritores, también lo son como críticos. La mayoría cita a autores muy renombrados y publicados por grandes editoriales, no hay gran diferencia entre cualquier “destacado escritor” y un lector medio culto. Es más, sus gustos son bastante gregarios y parecen bastante pendientes de qué dirán.

Visto lo visto recomiendo que todos estos “destacados escritores” dejen de escribir de manera inmediata y se dedican a otra cosa, por ejemplo aprender inglés.

1 comentario:

  1. Todo es matizable. En cuanto al tema best seller yo no me preocuparía, el libro forma parte de la industria del ocio y cada persona se entretiene como quiere y debe hacerlo sin complejos. Claro que es más fácil buscar dentro de los productos que la industria apoya con más fuerza. La distribución y el marketing deciden por los lectores y no son tan tontos como para invertir en un producto que no es para todo el mundo. El problema es que no todos somos iguales ni buscamos lo mismo, lo que no nos convierte en mejores o peores. Leer a Pérez Reverte, ver películas de Torrente o comprar la ropa en Zara no son decisiones del consumidor sino del vendedor, que lo que tiene es un negocio y quiere llegar a mucha gente, lo que no significa que no se pueda disfrutar con sus productos o que seas tonto por hacerlo. También hay quien lee a Colomer, ve cine de Kurosawa o compra en tiendas de comercio justo y no por eso se convierten automáticamente en unos snobs ni en unos elitistas que desprecian a los demás. Simplemente deciden qué quieren hacer con su tiempo y su dinero. No es una decisión peor buscar lo que a uno le gusta que buscar lo que gusta, si acaso es una decisión más responsable con uno mismo. En cuanto a lo que recomiendan los autores no me extraña ¿Recomendaría Dueñas a Falcones? Es su competencia directa, más vale salir por los cerros de Úbeda. Además seguro que se trata de autores que venden mucho. Se ven en la obligación de regalar el oído de los grandes grupos editoriales con sus lanzamientos globales y sienten la necesidad, como un frutero del mercado, de hacer como que allí no hay más fruterías aunque reconocen que a tres mil kilómetros de allí venden una fruta excelente. Me gustaría saber que lista darían los autores que no forman parte del negocio editorial, los que obtienen unas ventas de unos cientos de ejemplares.
    A mi me parece que la literatura en español goza de un magnífico estado de salud.

    Por cierto, sería interesante que incluyeras un enlace al artículo mencionado. Da pereza ponerse a buscar.

    Saludos y perdona la extensión.

    ResponderEliminar